El postroromanticismo

También denominado Grupo de la nostalgia o de la continuidad.

Sus integrantes provienen en su mayoría del siglo anterior, pero no han seguido los dogmas musicales del fin del siglo: Impresionismo y Nacionalismo. Por otro lado entienden, que el modelo postromántico no está acabado y que puede y debe evolucionar con los retoques oportunos. Estos retoques son básicamente dos: uno, en un “gigantismo” generalizado: en dimensiones de la orquesta(hasta 155 miembros), en número de movimientos(hasta seis o siete), en armonías muy ricas y recargadas al estilo wagneriano, en medios utilizados(coros, solistas en las sinfonías…). El otro retoque consiste en la introducción de temas populares, marchas, ritmos…, con lo que se sumaría la unión del Postromanticismo y del Nacionalismo… En este grupo citaremos como principales autores:

Gustav Mahler (Kalischt, Bohemia 1860-Viena 1911) Compositor austriaco. Fue director de la Ópera Imperial de Viena (1897) y de la Orquesta Filarmónica de Viena. Desde 1907 residió en Estados Unidos dirigiendo varias orquestas.
Su obra, de un estilo peculiarmente cromático, comprende principalmente diez sinfonías (1888-1910), forma musical que recreó con gran libertad, utilizando coros y voces solistas, y diversos lieder, como los Lieder aus des Knaben Wunderhorn (1888-99), Kindertotenlieder (Canciones para los niños muertos, 1901-1904) y Das Lied von der Erde (La canción de la Tierra, 1907-1909), para dos solistas y orquesta, considerada por muchos su obra maestra.
En sus composiciones plasma el sentimiento poético y pesimista propio de la sociedad decadente de finales de siglo, aportando grandes innovaciones en la instrumentación.

Richard Strauss (Múnich 1864- Garmisch-Partenkirchen 1949) Compositor y director de orquesta alemán. Es uno de los genios más significativos que marcan el paso del Romanticismo a la época moderna. Así, su obra denota al principio influencias de Wagner y Listz, fundamentalmente, para constituir después un puente entre la música romántica del siglo XIX y las corrientes atonales del siglo XX.
Dio una insospechada proyección al poema sinfónico, en el que utilizó un lenguaje fundamentalmente tonal y una gran riqueza de orquestación. De este género dan cuenta brillante Macbeth (1888), Don Juan (1889), Muerte y transfiguración (1890), Así habló Zaratustra (1896), Don Quijote (1898) y la Sinfonía alpina (1915).
En su producción operística, es destacable la colaboración de Hugo von Hofmannsthal como su principal libretista. Algunas de sus óperas más célebres son Salomé (1905), Electra (1908) y El caballero de la rosa (1911).

Max Reger (Brand, 19 de marzo de 1873 - Leipzig, 11 de mayo de 1916), fue un compositor, organista, pianista y profesor alemán.
Nacido en Brand, Baviera, Reger estudió música en Múnich y Wiesbaden con Hugo Riemann. En 1901 se instaló en Múnich, donde de dedicó a la enseñanza del órgano y composición, y desde el 1907, trabajó en Leipzig, donde fue director musical de la universidad hasta 1908 y profesor de composición en el Conservatorio Felix Mendelssohn hasta su muerte. Entre sus alumnos hay que destacar a Joseph Haas y a George Szell. También tuvo una intensa actividad como director de orquesta y pianista. Desde 1911 dirigió la orquesta de la Corte de Meiningen hasta que fue disuelta en 1914, momento en que se trasladó a Jena. Murió finalmente de infarto de miocardio en Leipzig.
Durante una vida creativa de poco más de 20 años, Reger produjo una gran cantidad de obras en todos los géneros (con la excepción de la ópera), casi siempre usando formas abstractas, aunque muy pocas de ellas son conocidas hoy en día.

Muchas de sus obras son en forma de fuga o variaciones, incluyendo la que probablemente es su obra más popular: Variaciones y Fuga sobre un tema de Mozart (basada en el tema inicial de la Sonata para piano, K. 331 de Wolfgang Amadeus Mozart. También dejó una gran cantidad de obras para órgano, incluyendo la Fantasía y fuga sobre BACH (esta pieza, basada en el Motivo BACH se considera una de las más difíciles del repertorio del instrumento). Se sintió particularmente atraído para la forma fugada durante toda su vida, incluso declarando: "Otros componen Fugas - Yo vivo en ellas.

Fue un firme abanderado de la música absoluta, y se veía a sí mismo como parte de la tradición musical de Ludwig van Beethoven y Johannes Brahms.
Su obra combina a menudo las estructuras clásicas de estos compositores con las armonías extendidas de Franz Liszt y Richard Wagner y el complejo contrapunto de Johann Sebastian Bach.
Su música para órgano, también influida por Liszt, es hija de esta tradición. De sus obras orquestales, las ricamente elaboradas Variaciones Hiller y las Variaciones Mozart son las más rememoradas; de la música de cámara los ligeramente texturados tríos se han hecho un hueco en el repertorio, junto con algunas obras para instrumentos de cuerda.
Sus últimas obras para piano, o dos pianos, le sitúan como sucesor de Brahms en la tradición musical germánica.

No se puede decir que sus obras fueran revolucionarias, ya que pueden ser consideradas como una consecuencia del desarrollo de las formas clásicas, como la fuga y el bajo continuo. La influencia de este último puede escucharse en las obras de cámara que son profundamente reflexivas y originales.