Muchos de los autores de los siglos precedentes se adentran en el siglo XX, en ocasiones, hasta muy avanzado. Claramente los ciclos estéticos no coinciden con los ciclos temporales. Muchos de los movimientos nacidos o consolidados en el siglo XX tienen sus raíces en el siglo anterior.
Unas de las características que posen todos ellos es su escasa duración en el tiempo. Se suceden y se superponen a una velocidad de vértigo, sin llegar a tener una larga etapa de estabilidad y homogeneidad como había sucedido en siglos anteriores. También es difícil encontrar un autor fiel a un estilo durante toda su vida. Más bien tendremos que distinguir varias etapas, muchas veces inconexas entre sí, en la obra de un mismo autor. En conclusión, podemos decir, que la volatilidad, la rebelión y la búsqueda constante son las señas de identidad de la música del siglo XX.