La influencia del sistema de composición dodecafónico en la música del siglo XX ha sido de tal trascendencia que hace de la Escuela de Viena un punto de referencia obligado para el estudio de la historia musical.
Richard Strauss
Richard Strauss (1864-1949) ya ha sido estudiado como compositor en su primera época, bajo la influencia de Wagner, de poemas sinfónicos de carácter descriptivo. Fue también un maestro del lied, pero a partir de 1905 se inclinó hacia la ópera, incorporando los conceptos wagnerianos de música continua, sin distinción entre recitativo y aria, y uso del leitmotiv, pero rechazando el simbolismo filosófico. El caballero de la rosa es su ópera más conocida.
A comienzos del siglo XX, sus efectos armónicos disonantes y su orquestación, como pueden apreciarse en las óperas Salomé y Electra, le convirtieron en un vanguardista, que influyó en el proceso de disolución tonal y en el nacimiento del expresionismo.
Arnold Schönberg
Arnold Schönberg (1874-1951) nació en Viena y estudió contrapunto con el músico Zemlinsky. Obtuvo la beca Liszt y consiguió un puesto en el Conservatorio Stern de Berlín.
Al igual que Richard Strauss, en una primera etapa trabajó dentro de los límites de la tonalidad, y bajo la influencia wagneriana compuso obras como Noche transfigurada y la saga monumental de los Gurrelieder. Más tarde, y siguiendo consejos de Mahler, escribió el poema sinfónico Pelleas y Melisande, en el que alcanzó los límites de la tonalidad.
Posteriormente y en la línea del expresionismo musical, en el que el lenguaje utilizado es el atonalismo (sin leyes de tonalidad), compuso el monodrama Erwartung, Tres piezas para piano, Cinco piezas para orquesta y, por encima de todas, Pierrot lunaire, una colección de veintiuna canciones donde la voz recita en un estilo de sonsonete monótono, «como si cantara». Esta forma de «melodía hablada» será utilizada por su discípulo Berg y por muchos compositores actuales.
Entre 1912 y 1923 no compuso ninguna obra y se dedicó a dar forma al dodecafonismo o música serial, sistema en el que hay que componer dando igual importancia a los doce sonidos de la escala cromática. La ordenación de los mismos constituye una serie que, al ser leída al revés, nos da la retrogradación y, al invertir los intervalos, se forma la serie por inversión, llamada de movimiento contrario, que a su vez también es leída al revés. Todo ello da lugar a formaciones melódicas y armónicas en las que los valores de consonancia o disonancia pierden validez.
Utilizando el sistema serial compuso Pieza para piano, Serenata y Suite para piano. La técnica dodecafónica se muestra ya con madurez en el Quinteto de viento y en su primera aplicación a la gran orquesta, Variaciones para orquesta. Como autor didáctico escribió un Tratado de armonía, un Tratado de contrapunto y una Teoría de la composición.
Por ser judío, fue perseguido en la Alemania nazi y emigró a Estados Unidos, donde fue profesor en Boston, Nueva York y Los Ángeles. De su última época son las obras Variaciones para banda, Oda a Napoleón, la ópera Moisés y Aarón, incompleta, y Un superviviente de Varsovia, sobre el holocausto judío en la Segunda Guerra Mundial, en las que reintrodujo elementos tonales junto al dodecafonismo.
El método de Schönberg fue seguido por sus discípulos Alban Berg y Anton von Webern. Los tres formaron el grupo conocido como Escuela de Viena.
Alban Berg
Alban Berg (1885-1935) nació asimismo en Viena y, al principio, fue autodidacta. Más tarde estudió con Schönberg y, lo mismo que él, abandonó el postromanticismo de sus primeras composiciones. Su música es la expresión apasionada del dodecafonismo y su nota más característica es el dramatismo. Es el romántico de la técnica dodecafónica. En su ópera Wozzeck se entrelazan la música tonal y atonal, logrando que sea considerada la ópera más importante del siglo XX. Después, con técnica dodecafónica, compuso el cuarteto de cuerda Suite lírica y una segunda ópera, Lulú, que dejó inacabada.
Anton Webern
Anton Webern (1883-1945) nació igualmente en Viena y fue el otro gran discípulo de Schönberg. Fue el más radical del grupo y buscó en su obra la sencillez y la reducción al mínimo de la expresión musical. En una primera etapa postromántica compuso Passacaglia, obra cercana a Brahms. Después practicó el expresionismo en Cinco piezas para cuarteto y Seis piezas para orquesta. Las composiciones plenamente webernianas son Seis bagatelas, Piezas para orquesta, Luz de la mirada y Variaciones para orquesta. La obra de Webern fue considerada como modelo musical por la vanguardia posterior a la Segunda Guerra Mundial.